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Parashat Mishpatim
- 25 de enero de 2022
- Publicado por: Rab Naftali Espinoza
- Categoría: Parahat Hashavua

El Libro de Shemot 23:6 nos dice:
“No perviertas la justicia para tu compatriota degradado en su pleito”.
Con el fin de promulgar una opinión adecuada, necesitamos jueces adecuados. Hay leyes que hay que seguir con el fin de actuar como un juez justo y verdadero. A Nuestros jueces se les ordena “No perviertan el derecho de los indigentes en su queja.” (Shemot 23:6)
El Soforno explica, que un juez no puede hablar con dureza a uno de los investigados y con delicadeza al otro, ni puede dejar que una de las partes tome asiento y la otra permanezca de pie. Además, el litigio no puede comenzar si uno de los litigantes está vestido con un fino traje y el otro está vestido con trapos, para
si evitar que el juez sea influenciado por el aspecto agradable del hombre rico. Por lo tanto, la Halajá es que a los “baalei majloket – los litigantes” se les dice lo siguiente: O la persona pobre se vista de rica, o la persona rica se vista de pobre, pero ambos se deben presentar ante los Dayanim vestidos de la misma forma.
Esta Halajá, en la sección del Shuljan Aruj en Joshen mispat, debe ser seguida por todos los Dayanim, no importa lo grandes que sean, porque Jazal (nuestros sabios) son conscientes de la influencia de las apariencias.
Ahora en la práctica, ¿cómo afecta esta Halaja a quienes nos son Dayanim? De hecho, si nos afecta, ya que continuamente estamos actuando como jueces a lo largo de nuestras vidas.
Y si esto es así, ¿Quiénes son los “baalei majloket – los litigantes” que se presentan ante nosotros? ¡Estos son el Yetzer Hara y el Yetzer Hatov!
El Yetzer Hara apela a nuestros sentidos, que nos da una sensación placentera, que es muy seductora. Nos sentimos obligados a dejarlo ganar porque es agradable para nosotros y queremos adherirnos a lo que nos impresiona, y evoca respuestas positivas.
En cambio, el Yetzer HaTov viene ante nosotros y tenemos que trabajar más duro para ver su valor. A menudo lo correcto parece menos atractivo y placentero. Naturalmente no nos atrae algo que no despierte automáticamente una sensación de placer.
Antes de que podamos tomar una decisión correcta debemos entender la facilidad con que nos dejamos llevar por las apariencias. Puede parecernos que somos imparciales a la hora de tomar la decisión correcta, pero hay que tener en cuenta que estamos siendo manipulados y llevados al lado incorrecto.
Para hacer un juicio sólido, debemos sondear los pros y los contras al momento de discernir, y el resultado debe ser cuidadosamente considerado. Por lo tanto, si estamos verdaderamente comprometidos en tomar una decisión basada en la verdad, se nos ayudará por Siata di’shmaya para llegar a una conclusión justa.
Shabat Shalom.
Rab Naftali Espinoza, Rosh Yeshiva
