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Shavuot – 3 Condiciones para adquirir la Torá
- 10 de mayo de 2021
- Publicado por: Rab Naftali Espinoza
- Categoría: Inspiracion

El Harav David Yosef Shlita[1] nos trae el Ohr Hajaim, el cual nos enseña que para que un judío adquiera la Torá, necesita que se den 3 condiciones esenciales. Estas 3 condiciones son:
- Tener un Seder de estudio (de Guemara o Shuljan Aruj).
- Ser Humilde.
- “Ish Ejad, im Lev Ejad – Un Hombre, con un Corazón”, es decir preocuparnos de lo que le sucede a nuestro prójimo judío.
Seder de Estudios
El primer requisito que nos citó el Ohr Hajaim es tener un Seder de estudio.
La Guemara en Masejet Shabat 127a enseña: “Estos son los asuntos que una persona hace y disfruta de sus ganancias en este mundo, y sin embargo, lo principal existe para él en el Mundo por Venir, y ellos son: Honrar al padre y a la madre, y hacer actos de bondad, y traer paz entre una persona y otra, y el estudio de la Torá es igual para todos ellos”.
Por lo tanto, de esta Guemara aprendemos que el estudio de la Torá es considerado como la Mitzvá más importante, porque nos permite llegar a cumplir con la observancia de todas las otras Mitzvot.
¿Pero qué y cómo estudiar? El Rab David Yosef Shlita responde que para cumplir de manera óptima este precepto de estudiar Torá, se debe tener un Seder – Orden de estudio programado y periódico, ya sea de Guemara o De Shuljan Aruj. Ya que solo de esta forma se puede lograr adquirir la Torá y cumplir con el objetivo para lo cual fue entregada, como es explicado más abajo. Escuchar de vez en cuando un cometario sobre la Parasha, o una Halaja por aquí por allá, está bueno, y por supuesto que es importante, pero, aun así, no se puede considerar en toda propiedad como cumplimiento de la Miztva de estudio de la Torá. Tal como dice Jazal, cuando la persona se presente frente al trono celestial, no se le preguntara cuanto sabe de Torá, sino que se le preguntara ¿has fijado horas de estudio de Torá? Es decir, ¿Has tenido un estudio metódico, ordenado, de forma constante con horarios fijos, cumpliéndolos y priorizándolo por sobre las demás cosas? Esto solo se logra a través de seguir un orden, y este orden lo podemos encontrar en la Guemara y Shuljan Aruj. Y como una vez escuche del Harav Mordejai Eliyahu zt”l, quien pregunta ¿cómo es posible hacer Miztvot sino sabemos cómo se deben cumplir? Por su puesto que estudiar Tanaj, Musar y otros temas son muy importantes, pero solo el estudio de la Guemara y Shuljan Aruj nos puede llevar, a través del cumplimiento de las Mitzvot, a cosechar frutos para este mundo y el mundo por venir. Por lo tanto, si tenemos solo un par de horas al día para el estudio, la mayoría de ese tiempo se debe dedicar al estudio de la Guemara y Shuljan Aruj.
Humildad
La segunda condición que nos citó el Ohr Hajaim es la Humildad.
Nuestro ejemplo principal es Moshe Rabenu, quien siendo el más grande de todos, el único capaz de conversar “cara a cara” con Hashem, no se encontraba apto ni meritorio para dirigir y guiar al pueblo judío.
Moshe Rabenu, era todo humildad, y no cabía en la una pisca de orgullo negativo. A través de esta humildad él fue capaz de recibir toda la Torá, y posteriormente transmitirla a Yeshoshua y el resto del pueblo de Israel. Sin humildad es imposible adquirir la Torá, tal como dice el Sefer Orjot Tadikim “El orgullo (lo contrario de la humildad) siempre se autocomplace dándose todo el crédito por lo logrado, lo cual a la larga impide que la persona se esfuerce debidamente en el estudio de la Torá, ya que, al no ser consciente del honor Divino, lo único que le importara es que todos lo reconozcan como a un hombre bueno y sabio.”
A través de la humildad Moshe fue meritorio de obtener la Torá y la admiración de todos los ángeles celestiales.
La Guemara Shabat 88b trae: “Y el Rabino Yehoshua ben Levi dijo: Cuando Moshe ascendió a lo alto para recibir la Torá, los ángeles dijeron ante el Santo: Bendito sea él: Maestro del universo, ¿qué hace uno nacido de una mujer aquí entre nosotros? El Santo, Bendito Sea, les dijo: Él vino a recibir la Torá. Los ángeles dijeron delante de él: ¿La Torá es un tesoro escondido que fue ocultado por 974 generaciones antes de la creación del mundo, y se lo darás a alguien de carne y hueso?…
El Santo, Bendito Sea, le dijo a Moshe: Bríndeles una respuesta sobre por qué la Torá debe ser entregada a las personas. Moshe dijo ante Él: Maestro del universo, temo que me quemen con el aliento de sus bocas. Di-s le dijo: Agarra mi trono de gloria para fuerza y protección, y bríndales una respuesta a los ángeles…
Moshe dijo ante Él: Maestro del Universo, la Torá que me estás dando, ¿qué está escrito en ella? Di-s le dijo: “Yo soy el Señor tu Di-s que te sacó de Egipto de la casa de la esclavitud”(Éxodo 20:2). Moshe dijo a los ángeles: ¿descendiste a Egipto? ¿Fuiste esclavizado por el Faraón? ¿Por qué la Torá debería ser tuya?
De nuevo Moshe preguntó: ¿Qué más está escrita en ella? Di-s le dijo: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20: 3). Moshe dijo a los ángeles: ¿Habitas entre las naciones que adoran a los ídolos que requieres esta advertencia especial?
De nuevo Moshe preguntó: ¿Qué más está escrito en él? El Santo, Bendito Sea, le dijo: “Acuérdate del Shabat para santificarlo” (Éxodo 20: 8). Moshe preguntó a los ángeles: ¿Realizas trabajo del cual requieres descansar?
De nuevo Moshe preguntó: ¿Qué más está escrito en ella? “No tomes el nombre del Señor tu Di-s en vano” (Éxodo 20: 7), lo que significa que está prohibido jurar falsamente. Moshe preguntó a los ángeles: ¿Hacen negocios unos con otros que pueden llevarlos a jurar falsamente?
De nuevo Moshe preguntó: ¿Qué más está escrito en ella? El Santo, Bendito Sea, le dijo: “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12). Moshe preguntó a los ángeles: ¿Tienes un padre o una madre a quien respetar?
De nuevo Moshe preguntó: ¿Qué más está escrito en ella? Di-s le dijo: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás” (Éxodo 20:13). Moshe preguntó a los ángeles: ¿Hay celos entre ustedes o hay una inclinación al mal dentro de ustedes que podría generar que estos mandamientos sean relevantes para ustedes?
Inmediatamente acordaron, los ángeles, con el Santo, Bendito sea Él, que tomó la decisión correcta de entregar la Torá al pueblo, tal como se dice: “Di-s nuestro Señor, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra” (Salmos 8:10)… Inmediatamente, todos y cada uno de los ángeles se convirtieron en admiradores de Moshe y le entregaron algo, como está escrito: “Ascendiste a lo alto, tomaste cautivo, tomaste regalos por causa del hombre, e incluso entre los rebeldes también para que el Señor Tu Di-s pueda morar allí”(Salmos 68:19). … la Guemara también agrega que “E incluso el Ángel de la Muerte le dio algo, ya que Moshe le dijo a Aarón cómo detener la plaga”, como fue dicho: “Y colocó el incienso, y expió por el pueblo” (Números 17:12). Y el versículo dice: “Y él se paró entre los muertos y los vivos, y la plaga fue detenida” (Números 17:13). Si no fuera porque el Ángel de la Muerte le dijo este remedio, ¿Cómo Moshe lo habría sabido?
Sobre esta Guemara, el Jatam Sofer explica[2] que, dado que el mundo es incapaz de acceder a esta esencia directamente, debe manifestarse en formas más comprensibles, según sea necesario, es decir a través del cumplimiento de las Mitzvot.
Ahora, los ángeles no hicieron nada en contra de Moshe para que recibiera la Torá “externa” con sus mandamientos orientados a la práctica. Su agravio se centró en el aspecto “codiciado y oculto” de la Torá. Tal como dice la Guemara “¿La Torá es un tesoro escondido que fue ocultado por 974 generaciones antes de la creación del mundo, y buscan darlo a alguien de carne y hueso?”.
¡Ciertamente, dijeron los ángeles, el hombre mortal es incapaz de apreciar la luz oculta de la Torá! Sin embargo, cuando Moshe pudo tomarse del Trono de Gloria, desmintió todas sus afirmaciones. Un ser humano puede pararse en la tierra y tocar lo Divino, por así decirlo, al mismo tiempo, (Likkutim B’Shat, al final de Derashot Jatam Sofer III). En este punto, los judíos tenían un derecho superior a la Torá: los ángeles podían apreciarla solo en su faceta puramente espiritual; los judíos, sin embargo, podrían relacionar ambos aspectos, los internos y externos de la Torá (Torát Jaim con Sanhedrin 7la citado por Gilyon HaShas aquí; ver Maharsha).
¿Por qué, entonces, Moshe procedió a detallar solo los mandamientos físicos que eran ajenos a los ángeles? Si después de todo, disputaron solo el aspecto “interno” de la Torá.
La explicación es que Moshe ofreció esta defensa por humildad, como si no entendiera su queja y como si él mismo conociera solo los aspectos externos. Y fue esta humildad que llevó a los ángeles a que lo amaran aún más (Jatam Sofer ibid.).
“Ish Ejad, im Lev Ejad”
La tercera condición que nos citó el Ohr Hajaim es la siguiente: “Ish Ejad, im Lev Ejad”.
Cuando el pueblo judío se reunió para recibir la Torá en el Monte Sinaí, Am Israel fue descrito como: “Un hombre, con un corazón”. Esta es una unión especial en la cual cada individuo del pueblo es considerado como un miembro de un mismo cuerpo, y por lo tanto lo obliga a tener una responsabilidad especial, la cual es ocuparse de su prójimo, de la misma forma y con el mismo esmero con el que nos ocupamos de nosotros mismos. La expresión más básica de esta responsabilidad son los actos de caridad y de bondad que nos ordenaron realizar. En un nivel más profundo, la preocupación espiritual de nuestro prójimo debe ser nuestra propia preocupación. El pecado de otro debe ser tan inquietante y angustiante como el propio pecado, y debemos tratar de rectificarlo de cualquier manera posible. Quien no valora esta especial responsabilidad, es negligente respecto a un principio fundamental de la Torá.
Ta como lo trae el Talmud Bavli en Shavuot 39a “Todos los judíos son responsables uno por el otro”.
Por otro lado, el Rambam[3] nos explica que este mandamiento también involucra reprender a alguien que pecó, o que está a punto de pecar y evitar que lo haga con palabras y reproche. Y la persona no debe decir: “Yo mismo no voy a pecar, así que, si otro lo hace, ¿por qué debe importarme cómo lo va a juzgar D-os?”, porque esto se opone completamente a la Torá.
Porque tal como lo trae el libro de Vaikrá Rabá 5:6, el pueblo de Israel es como un solo cuerpo. Y es comparado a “una oveja aislada” (Yeshaiahu 50). Ya que, así como cuando uno de los miembros de la oveja está herido, todos sus miembros sienten el dolor, de la misma manera cuando un individuo del pueblo de Israel peca, todo el pueblo judío lo siente[4].
En conclusión, todas las ciencias del mundo solo requieren estudio y esfuerzo. Las matemáticas, las ciencias naturales, la Historia, la tecnología, etc. todas estas son ramas de estudios que solo requieren el esfuerzo individual de cada individuo, pero con la Torá no sucede lo mismo. El estudio y adquisición de la Torá, además del propio esfuerzo y dedicación requiere de la Siata Dishmaya – Ayuda del cielo, la cual llega solo a través de la Humildad y de Preocuparnos de nuestro prójimo.
Jag hashavuot Sameaj!!!
Kol tuv.
Rab Naftali Espinoza, Rosh Yeshiva Pirjei Shoshanim
[1] Hijo del Hagaon Harab Ovadia Yosef Zt”l y Rosh Kolel del Kolel Yejave Daat.
[2] Explicación Talmud Schttenstein.
[3] Libro de las Mitzvot, Mitzvat Asé 205.
[4] Explicación de Morasha Syllabus.
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